4.8.17

Daniel

Lee esto cuando menos lo merezca, recuerda que aún como estoy, te sigo amando y es verdad.

Lee esto cuando te haga llorar frente a una pantalla, recibiendo mis mensajes en silencio y aguantando los sollozos en la almohada, recuerda que es ahí donde te abrazo y escuchas mis latidos, donde te protejo y te juro que regresaré.

Lee esto cuando no quiera verte,  los días me serán más largos, y la angustia de no estar cerca de ti me estará matando cada segundo, pero por favor comprende que es mi orgullo sentado en la silla y necesito que me guíes de regreso.

Lee esto cuando no tenga piedad, te voy a lastimar mucho y conocerás un dolor que no sabías que existía, te dolerán músculos que no sabías que tenías y sentirás que estás muriendo. Pero estará bien, déjate sentir lo peor, abraza el dolor un rato hasta que te queme.

Lee esto cuando las madrugadas conozcan tu pena por mi culpa, cuando tu té se haya enfriado por estar discutiendo conmigo. Y ten en mente las veces que te dejé terminarlo antes de abrazarte para no derramártelo encima, porque soy un idiota distraído de movimientos pendejos, que no sabe a amar, ni abrazar.

Lee esto justo cuando vayas a desistir de mí. Eres mi fuerte, y aunque no lo exprese ni lo admita, te necesito ahora más que nunca. Recuérdame sosteniendo tus manos, arrodillado ante ti, viéndote a los ojos e improvisando una segunda declaración de amor.

Lee esto cuando te haga preguntarle a Dios "¿por qué lo dejas seguir en mi vida si sólo me está dañando?" Entre Él y yo sabemos que la respuesta es muy sencilla, y tu corazón demasiado grande.

Lee esto y acuérdate de los besos de reconciliación, cuando te hago reír con mi torpeza, o cuando te hago los moretones de los que nunca me hablarás por estar estrujándote con mi amor.

Lee esto cuando no te hable en horas, piensa en los versos de las canciones que te escribía por mensajes, imagina que nosotros fuimos la inspiración, que bailamos todo lo que quieras y yo no me quejo porque me gusta verte los brackets y los dos hoyuelos en tu carita cuando ríes.

Lee esto cuando te deje irte a dormir molesta, enojada, con la cabeza hecha un lío y la nariz mocosa. Cierra los ojos y remonta los momentos donde sólo existimos tú y yo, parados frente al otro, memorizándonos a nuestro tiempo, bailando las pestañas por todo nuestro rostro y más. Donde no hace falta tocarnos para sentirnos uno mismo, un sólo completo.

Lee esto porque no es para nadie más, y nadie más lo entendería como tú. Nosotros frente al espejo, aguantándome las ganas de llorar por sentirme tan afortunado del presente contigo en mi pecho, escondida entre mis brazos, y tu cabello en caída libre hasta el lunar de tu espalda baja.

Lee esto cuando no te pida perdón, y perdóname. Yo seré el que se queda con el alma inquieta, con mis pensamientos ahogándome y un sabor tan pesado que no seré capaz de tragar. 

Lee esto cuando de mi boca salgan serpientes y mentiras, cuando no piense lo que diga, 

Cuando sea cruel y utilice tus debilidades en tu contra. 

Perdóname, y abrázame.

Perdóname si te quemo, pero te prometo que yo sólo ardo por ti.


Perdóname si te entierro, pero te prometo que yo muero por ti.